miércoles, 7 de diciembre de 2011

Reseña de Los Eternos en el Portal de Literatura Audiosyebooks

Portada Los Eternos

Una estupenda reseña aparecida en el Portal de Literatura Audiosyebooks.com

clic aquí para leer la reseña en el portal (necesario registrarse)

Esta es la reseña completa:

He de confesar que si Rafael Avendaño no se hubiera presentado en este foro, AQUÍ, quizá, no le hubiera leído nunca. Y me hubiera perdido algo grande. Y ahora os cuento por qué.

Comenzaré por la primera frase de la sinopsis del libro: ¿Crees en la reencarnación? Esto, por supuesto, me trajo a la memoria de inmediato La otra vida de Audrey Rose (tanto la peli como el libro), ya que creo que fue lo que primero vi y leí sobre la reencarnación en mi tierna infancia allá por los 70. Y pensé que la novela iba a ir sobre los lamas, los budistas o algo por el estilo (¡cuán equivocada estaba!). Y os soy sincera, no logro recordar si seguí leyendo la sinopsis porque si fue así, la olvidé de inmediato.

El primer capítulo me dejó desencajada. Tanto que, una compañera del trabajo me preguntó si me pasaba algo malo (vale, sí, lo estaba leyendo en el curro…). Reconozco que soy muy expresiva y que no valgo para poner cara de poker, de modo que os podéis imaginar mi expresión cuando leí:

Spoiler:


Katia exhaló un agónico gemido. No podía respirar. Su rostro adquirió un tono violáceo. Sus ojos verdes le miraron con una súplica muda.
—Mira atentamente. Este es el mensaje –dijo la pavorosa mujer.
Con un movimiento de la muñeca torció bruscamente el cuello de Katia, que se rompió con un chasquido de nudillos. El cuerpo sin vida se desplomó a sus pies.
Pero no bastaba con matarla.
Se escuchó un zumbido eléctrico. Luego, el jadeante carraspeo de una sierra.



El segundo capítulo, aunque traumático, nos ofrece una esperanza final que sirve de trampolín para zambullirnos en la época actual.
Hasta este momento, yo temía que el resto de la obra se desarrollase en los mismos términos, pero no. Volvía equivocarme.
La presentación del protagonista de la novela y sus adláteres no puede ser más acertada. Real como la vida misma. Cuando no eres tan popular como desearías, te unes a ciertos grupos de gente de los cuales quizá no comulgues al cien por cien con ellos, pero en el intento por agradar se cometen ciertas locuras que, fuera de los efluvios amorosos, no harías en tu vida.

A partir de aquí la narración transcurre de un modo ágil. Nos adentramos en sucesos extraordinarios que le pasan a un chico corriente. En todo momento, nuestro querido escritor, ejerciendo de Casandra, nos advierte de determinados eventos, para que no nos hagamos ilusiones:

Spoiler:


Para Rob Font aquel día –el día del Horror, el día de la Muerte y la Locura–, comenzó tiendo un aspecto engañosamente prometedor, superficialmente feliz. Incluso llegó a creer con inocente fe que iba a ser un Gran día, un día Memorable, uno de esos días que incluso años después quedaría flotando en el recuerdo henchido de felicidad. Probablemente el destino, si semejante concepto se encarnase en un cuerpo remotamente humano, se estaba desternillando de risa en algún lugar.

(Observad lo acertado del uso de las mayúsculas…)



Y como a la visionaria griega, no le hacemos mucho caso, sin embargo esos comentarios nos espolean subliminalmente para querer seguir sabiendo más. Y ese “más” nos va conduciendo a un plano de la existencia para el cual tenemos que tener la mente abierta. La aparición de los nazis casi se me atraganta por culpa de un pseudolibro que hace poco comencé a leer y que tuve que dejar, de cuyo autor no quiero acordarme.

Pero continué.

La escena de Rob y Leo en el burdel me encantó. Acción trepidante, carreras y huídas. Los policías españoles, muy en su papel.

¡Ah! Pero no os voy a ir desgranando capítulo a capítulo toda la novela porque le haría perder toda la gracia. De modo que os diré que esa carrera contrarreloj que se desarrolla a todo lo largo de la novela, es adictiva. Esa fantástica trama mundial a través del tiempo que ha ideado Avendaño me ha parecido muy original. La obra está llena de citas inteligentes, de concepciones cultivadas y todo ello escrito con un lenguaje cuidado pero ameno que nos hace sufrir o reír dependiendo del momento. No sé cómo lo ha conseguido pero ha logrado que la aventura me abdujera por completo.

A destacar la elección de los títulos de cada capítulo. Deliciosos.

Y no quiero terminar sin ofreceros una pequeña labor de investigación sobre referencias que pusieron a trabajar mi telar neuronal:

Spoiler:



-La ciudad de la Luz: Para mí es una clara alusión a Shangri-La. Para los que no lo sepáis la denominación de Shangri-La apareció por primera vez en la novela de James Hilton “Horizontes perdidos” en 1933 (recomiendo encarecidamente la película que se hizo sobre ella en 1937 dirigida por Frank Capra). Sin embargo dicho reino mítico está basado en la leyenda de Shambhala, a la cual hacen referencia diversas tradiciones religiosas (sobre todo en el budismo y en el hinduismo).
A sus habitantes se les llama los Hermanos de la Luz.

-Los doce Mahatmas: Son los gobernadores de la Ciudad de la Luz.
En numerología es uno de los principales números utilizados en la historia de la humanidad. Su popularidad se debe a que en un año la Luna gira unas doce veces alrededor de la Tierra, hecho que ya observaron y conocieron los pueblos primitivos. De ahí que los antiguos astrónomos establecieran más adelante los doce signos del zodíaco, y que todavía hoy siga siendo habitual comprar productos por docenas.
El número 12 se repite en los siguientes temas: 12 Apóstoles, 12 frutos del Espíritu Santo, 12 tribus de Israel y 12 estrellas que las representan, 12 horas diurnas y 12 nocturnas, 12 meses del año, 12 signos del Zodíaco, perfecta división del cielo, 12 puertas de la Jerusalén Celeste, 12 frutos del Árbol de la Vida, 12 Hermanos Arvales (Antigua cofradía sacerdotal romana).
Es el número solar por excelencia y una constante en la cultura mediterránea. Símbolo del orden cósmico.
Es el símbolo de la perfección y de la unidad, motivo por el que la Bandera de la Unión Europea presenta doce estrellas doradas.
En la mitología Griega, los dioses principales eran 12: Zeus, Hera, Apolo, Afrodita, Atenea, Poseidón, Hefesto, Hermes, Ares, Artemisa, Deméter y Hestia.
(fuente: Wikipedia)

Indefectiblemente, y por afinidad, los Hermanos de la Luz me llevan a pensar a los Hijos de la Luz de los Qumránicos, por lo que esperaba, que aparecieran los Hijos de la Tinieblas, manifestados en la novela que nos ocupa en Los trece malditos. Aunque en realidad son doce más un líder (os recuerda algo, ¿verdad?).

Como en casi toda guerra sagrada que se precie, el motivo por el que luchan estas dos facciones es por el Conocimiento. Los doce Mahatmas custodian la Fuente del Conocimiento Sagrado. Aquí tenemos una insinuación directa al árbol de la sabiduría mencionado en el Génesis y en el Libro de Henoc (amén de múltiples asociaciones al árbol de la vida en otras religiones).

-Yog-Sothoth: es un personaje de ficción en los “Mitos de Cthulhu”. El ser fue creado por Howard Phillips Lovecraft y apareció por primera vez en su novela “El caso de Charles Dexter Ward”, escrita en 1927 y publicada por primera vez en 1941.

La aparición de esta personalidad en la novela la imagen inexorable de Hellboy me vino a la cabeza: los nazis, los inmortales… Si hubiera aparecido ese diablo de cuernos limados, no me hubiera extrañado nada Wink

-Determinismo: Nos enfrentamos a él durante toda la novela. Para los que no estéis familiarizados con el término os dejo una pequeña explicación:

El determinismo es una doctrina filosófica que sostiene que todo acontecimiento físico, incluyendo el pensamiento y acciones humanas, están causalmente determinados por la irrompible cadena causa-consecuencia. Existen diferentes formulaciones de determinismo, que se diferencian en los detalles de sus afirmaciones. Para distinguir las diferentes formas de determinismo conviene clasificarlas acorde al grado de determinismo que postulan:
El determinismo fuerte o institucionalizado sostiene que no existen sucesos genuinamente aleatorios o azarosos, y en general el futuro es potencialmente predecible a partir del presente (aunque lógicamente predictibilidad y determinación son independientes, ya que la primera requiere además cierto tipo de conocimiento de las condiciones iniciales).
El determinismo débil sostiene que es la probabilidad lo que está determinada por los hechos presentes, o que existe una fuerte correlación entre el estado presente y los estados futuros, aun admitiendo la influencia de sucesos esencialmente aleatorios e impredecibles. (fuente: Wikipedia)

-Los nazis y su mundo: Ríos de tinta han corrido sobre esto y como no voy a aportar nada nuevo lo que sí voy a hacer es confirmar un par de puntos rigurosamente verídicos:

• La clara obsesión de base del partido nazi por el misticismo oriental, se dice que por culpa de Karl Haushofer (ideólogo geopolítico que acuñó el término Lebensraum (espacio vital) y fundador de la sociedad secreta Thule.
• La muerte de Himmler ocurrió tal y como nos cuenta Avendaño. Así mismo, podéis comprobar que en el viaje que hizo a España, visitó el monasterio de Montserrat.

-El Observador: ¡Uf! Se nos aparece en la figura de Bukowski. El escritor en sí, ya es una gran figura, pero aquí se nos muestra como un Virgilio con Conocimiento Absoluto, que nos acompaña a través del increíble entramado del tiempo y el espacio.
El concepto de “Observador” como vigilante del Infinito, tiene numerosas connotaciones y me vienen a la mente múltiples referencias fílmicas y literarias:
-El Vigilante en Los cuatro fantásticos (cómic).
-El Arquitecto (Mátrix).
-Los observadores (Fringe).
-La Agencia de Ajuste (Destino Oculto).
-Los auditores (novelas de Terry Pratchett).

(Omito deliberadamente las alusiones a la Teoría de Caos, que me supera).

Y para no aburrir más al personal una última cosa: la imagen del universo y de los individuos como hilos luminosos me ha recordado a la concepción de la energía de los seres vivos que describe Don Juan en los libros de Carlos Castaneda.



Finalizo con la esperanza de que mis apostillas a Los Eternos de Rafael Avendaño os anime a leer dicha obra aunque os haya parecido una locura puesto que…

La locura consiste en no aceptar la realidad tal y como se nos muestra. La locura consiste en adaptar los hechos a esquemas erróneamente preconcebidos por la mente. La locura consiste en negar que el hombre tiene infinitas posibilidades ante sí.

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