jueves, 15 de marzo de 2012

Enganchar al lector desde la primera frase



A menudo, los relatos comienzan de una forma monótona y aburrida. Muchos buenos cuentos pasan inadvertidos porque los lectores, en un mundo apresurado, los abandonan después de leer la primera frase sin darles una oportunidad. Esto cobra especial relevancia cuando publicamos en Internet. El lector toma decisiones en segundos. Tiene tu texto ante los ojos, lee unas cuantas palabras, una frase, y decide si seguir leyendo o hacer clic en el botón del navegador y pasar a otra cosa. Hay millones de cosas atractivas en Internet. ¿Por qué dedicar el tiempo a leer tu relato?

Si queremos ser leídos, hemos de atrapar al lector desde la primera frase. ¿Cómo lograrlo?

La primera frase de un cuento debe atrapar la atención con lo insólito, lo inesperado, una acción o un conflicto. Comienza con tensión e inmediatez. Recuerda también que los relatos cortos necesitan comenzar en un momento próximo a su final.

Ejemplo 1:

Escuché a mi vecino a través de la pared.

Insípido y sin interés. La frase no nos anima demasiado a seguir leyendo.

Ejemplo 2:

Mi vecino al otro lado del tabique practica terapia de gritos en su ducha casi todos los días.

La segunda frase capta la atención del lector. ¿Quién es ese individuo que grita en la ducha todos los días? ¿Y qué es exactamente “terapia de gritos”? Queremos seguir leyendo…

Ejemplo 3:

La primera vez que le escuché, me quedé inmóvil durante diez minutos oyéndole gritar al otro lado del tabique de mi cuarto de baño, debatiéndome entre si llamar a la policía o no. Aquello era muy diferente del tranquilo barrio de clase media desde el que me había mudado recientemente.

En este último ejemplo se presenta al personaje que narra en primera persona,  a la vez que se plantea un conflicto sobre cómo debería actuar en semejante situación, a la vez que se introduce un contraste intrigante entre el pasado y el presente del protagonista, ya que parece que su situación a cambiado a peor. Y todo ello en un solo párrafo que nos incita a querer saber más.

Y si la primera frase es importante, no lo es menos la primera página. Lo que cuenta en la primera página tiene que atrapar, debe llamar la atención y tirar de él hacia delante. ¿Un modo de lograrlo? Plantear algún tipo de interrogante. ¿Por qué está huyendo? ¿Qué hay en esa caja? ¿Por qué está llorando esa mujer?

Los seres humanos somos curiosos por naturaleza, incluso el lector más reticente con el tema de su relato pasará a la siguiente página para encontrar la respuesta a la pregunta planteada en esa primera página. Comenzar un relato o novela planteando una incógnita es el mejor modo de atrapar al lector.

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