lunes, 1 de marzo de 2010

Artículos leídos el 01/03/2010

Son artículos leídos en Google Reader que por algún motivo me han llamado la atención:

  • En Nadar-dos-pájaros – Flann O’Brien. - La metaficción es ficción que habla de la ficción, que llama la atención sobre el hecho de que lo que estamos leyendo es algo inventado y donde el autor habla sobre los propios procedimientos de composición que utiliza, sobre sus problemas y sus frustraciones a la hora de construir una narración. Sin duda, en esta novela el autor riza el rizo:


Así, Flann O’Brien escribe En Nadar-dos-pájaros, novela protagonizada por un joven estudiante que se ocupa en lo que él mismo denomina «literatura de tiempo de ocio», escribiendo una novela. Ésta versa sobre un autor que emprende la escritura de una novela de intenciones moralizantes, pero cuyos personajes se rebelan a la trama pergeñada por el escritor y se deciden a escribir a su vez una novela diferente de la imaginada por su creador.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente, el genio de O’Brien es capaz de añadir un nuevo enredo: Dermot Trellis, el autor que intenta acometer la escritura de una novela moralizante, considera innecesario crear personajes nuevos para su obra y decide servirse de otros ya existentes, cuyas características se adapten a los roles que precisa. Para ello, pide prestados personajes a otros autores y, por ejemplo, cuenta con un par de vaqueros de una novela del oeste, para interpretar pequeños papeles en su nueva obra. Pero para estos personajes reutilizados, es difícil desprenderse de sus papeles anteriores, lo que da lugar a no pocos conflictos.


  • The Unname. - Una novela y un autor que prometen:


Y el protagonista de The Unnamed –narrada en tercera persona del singular– es un tal Tim Farnsworth. Uno de los tantos protagonistas del Sueño Americano: felizmente casado con la hermosa Jane, socio admirado y envidiado en un bufete de abogados top (otra vez, guiños a Joseph Heller), padre de hija adolescente con problemas normales (Becka, que aporrea su guitarra para cantar sus blues) y, nada es del todo perfecto, desconcertado poseedor de una rara dolencia. Una de esas enfermedades freaks acerca de las que suele escribir Oliver Sacks (y Sacks tiene un perfecto cameo en The Unnamed) y que es aquello “sin nombre” o “innombrable” a lo que se refiere el título del asunto. Y la cosa es así: de tanto en tanto y cada vez más seguido (el lector siente un escalofrío cada vez que lee y escucha eso de “Ha vuelto”), Tim Farnsworth sufre arrebatos incontrolables que le hacen dejar lo que esté haciendo (el amor, recitando un alegato, mirando televisión, lo que sea), ponerse de pie, y salir a caminar hasta la extenuación en una desconocida y extrema variante de lo que se conoce como síndrome de piernas inquietas. Lluvia dura o sol furioso o nieve pesada. Vestido o desnudo. Allá va, allá sale Tim Farnsworth. Y Jane o Becka se quedan en casa, desesperadas primero y resignadas después, esperando la llamada telefónica de Tim Farnsworth que, después de salir de su tránsito de sonámbulo despierto, les pedirá que, por favor, pasen a buscarlo por cafeterías insomnes o bordes de autopistas o bancos de plaza.

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