jueves, 11 de marzo de 2010

Ficción: estado del Arte 11/03/10

Son artículos leídos en Internet que aportan información interesante sobre los mecanismos internos del arte de la ficción:

  • Fin, de David Monteagudo. - Una crítica demoledora y muy lúcida de una de esas pésimas novelas que, sin embargo, triunfa notablemente.


La primera frase de Fin dice: "El teléfono sonó una, dos, tres veces." Las posibilidades de que una novela así iniciada sea buena son de 1:1.000.000.000. El personaje descuelga "a la mitad de un nuevo timbrazo" (?). Y: "Sí, diga, dijo mientras el auricular viajaba todavía hacia su oreja". Soy incapaz de leer 300 páginas de este tenor. Lo siento mucho.

La primera frase de una novela marca su estilo. "Me jode ir al Kronen los sábados por la tarde porque está siempre hasta el culo de gente": sabemos aquí quién narra, un hombre joven, urbano, deslenguado. "El tren olía a bolígrafo" (Unai Elorriaga): sabemos aquí el mundo donde nos metemos, surreal e infantil. "Mamá murió ayer": sabemos que la cosa va a ser dura, sin concesiones.

Lo sabemos y la novela nos da la razón en cada página. Historias del Kronen, El pelo de van Hoff y El extranjero secundan nuestra expectativa.

La expectativa de "El teléfono sonó una, dos, tres veces" nos aboca a lo anodino. Y anodino es todo lo que sigue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario