miércoles, 3 de febrero de 2010

Si un invitado muere repentinamente en su casa, sobre todo no avise a la policía



La primera frase de un relato o novela es el primer paso que damos para adentrarnos en el mundo que el novelista ha imaginado. Es el umbral que separa el mundo real que habitamos del mundo de ficción. Muchos autores suelen utilizar la primera frase como recurso para asegurarse la atención del lector. Leémos esa frase y después nos sentimos empujados a leer la siguiente, y la siguiente...

Un claro ejemplo de acertada utilización de este recurso es el comienzo de la nueva novela de la autora francesa Amélie Nothomb titulada Ordeno y mando (Editorial Anagrama), frase que he reproducido en el título de este post.


El texto de la contraportada:

«Si un invitado muere repentinamente en su casa, sobre todo no avise a la policía», pontifica alguien en una cena, y Baptiste Bordave sigue más tarde el peculiar consejo cuando un misterioso personaje –Olaf Sildur, un multimillonario sueco– aparece en su casa y muere de forma fulminante en su salón. Y a partir de que Baptiste decide hacer pasar el cadáver del sueco por el suyo propio, se sumerge en una vida de ensueño, ocio y placeres. Un oasis habitado por una belleza nórdica a la que Baptiste, que ahora es Olaf, llama Sigrid, en el que se desarrollará una sorprendente historia de amor. Y descubriremos que nada es lo que parece en esta novela negra cuya atmósfera inquietante está cruzada por fuertes ramalazos de humor cáustico. «Ordeno y mando arranca a toda máquina. Estilo seco, narración descarnada, diálogos magistrales: ¡apasionante!» (Jean-Christophe Buisson, Le Figaro Magazine); «Un Kafka superlight, cuya liviandad hace equilibrios sobre el absurdo» (Le Nouvel Observateur).

Puedes leer un adelanto de la novela aquí.

1 comentario:

  1. Thanks for all of your work on this web page. I am looking forward to reading more of your posts in the future.

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